Por: Viana Rodríguez

Mi querido amigo Alberto Barco dice siempre: “Tendré creencias religiosas el día que Google sea una religión”. Si consideramos que la religión puede ser para muchos el lugar donde se encuentra la respuesta a todas las preguntas, Alberto podría volverse muy religioso dentro de poco con el Proyecto de Biblioteca de Google (PBG).

A través de este proyecto, Google ha digitalizado hasta la fecha más de 7 millones de libros para incluirlos en una gran base de datos que ofrecerá al usuario la posibilidad de descargar el que sea de su elección. Esto sería el inicio de una nueva era que brindaría la posibilidad de una inmensa biblioteca con tan sólo conectarnos a Internet.

Sin embargo, como no todo puede ser felicidad, Google cometió un error: lo hizo sin la autorización de los titulares de los derechos de autor. Reprodujo obras con la finalidad de comunicarlas públicamente, pero no solicitó las autorizaciones correspondientes.

He leído, en muchos sitios web e inclusive en periódicos, comentarios acerca que los derechos de autor se erigen, una vez más, como una barrera de acceso a la información, pero me parece muy sesgado enfocarlo así.

El proyecto puede ser genial, pero para utilizar algo ajeno, hay que pedir permiso. No es válido tampoco proyectar inocentemente a Google como el paladín desinteresado del acceso a la cultura. Google recibirá dinero de los usuarios por la descarga de los libros, dinero de los anunciantes por la publicidad, dinero de las bibliotecas que se suscriban a su base de datos, etc.

A raíz de este problema, se ha planteado en EEUU una demanda colectiva para realizar un reclamo en nombre de los titulares según las leyes de derechos de autor de Estados Unidos, es decir, titulares de libros publicados en EEUU y titulares de derechos cuyo país forme parte del Convenio de Berna.

Derivado de esta demanda nace el Acuerdo sobre Libros de Google que, de aprobarse, exoneraría de toda responsabilidad a Google por los reclamos presentados en la demanda, a cambio de los siguientes beneficios:

El pago a los titulares de derechos del 63% de las ganancias que Google obtenga por suscripciones a la base de datos, venta de acceso a los libros, ganancias por anuncios publicitario.

  • 34,5 millones de dólares americanos que pagaría Google a los titulares de derechos de autor por mantener el Registro de los libros.
  • El derecho de los titulares de derechos de decidir si su obra puede o no ser usada por Google y los alcances de ese uso.
  • 45 millones de dólares que pagaría Google a los titulares de derechos cuyas obras fueron digitalizadas sin autorización.

Ante todo esto, Google niega responsabilidad alguna y alega que ningún reclamante tiene derecho a daños y perjuicios, pero sin embargo, es partidario del Acuerdo.

El Administrador del Acuerdo alienta a que todos los titulares de derechos que se consideren afectados se pongan en contacto para solicitar mayor información a través de la web o de las líneas gratuitas que han establecido en cada país (Para Perú: 0800-54026).

A los interesados en el tema (o a los que esperan el nacimiento de esta nueva “religión”) sólo nos queda ser pacientes y aguardar hasta el 07 de octubre de 2009, que será la fecha en la que el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York decidirá si otorga o no aprobación definitiva al Acuerdo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas felicitaciones por el Blog.
Sobre el tema del la biblioteca del Google: excelente información, estoy de acuerdo con el Acuerdo,valga la redundancia; me parece objetivo y justo con los titulares de derechos, y les da opción a negarse a que sus obras vayan a la Biblioteca de Google. Por otro lado este acuerdo permitiría que la biblioteca exista, y eso es extraordinario...
Danilo Wetzell Gayoso

Publicar un comentario