Por: Alfredo Lindley-Russo

¡UY CURUJU! Esa debió ser la expresión que soltara Bill Gates o los abogados de Microsoft, cuando un juzgado de Texas sentenció luego de casi tres años de litigio, obligando a Microsoft a indemnizar con 200 millones de dólares a favor de la empresa i4i por los daños causados al violar una de sus patentes (la N° 5.787.449) que permite abrir un documento del estándar abierto XML en otros programas, con el procesador de textos Word en sus versiones 2003 y 2007. Asimismo, el juzgado señala que se tendrá que pagar 40 millones por la violación de la patente con conocimiento, además de los intereses correspondientes (37 millones). Habrá que ver si Microsoft recurrirá la sentencia. Pero en cualquier caso, deberá modificar los parámetros del Word versión 2010 o llegar a un acuerdo económico con i4i para poder comercializar la tecnología que le pertenece por patente.

Es extraño que una empresa tan grande como Microsoft dedicada al desarrollo de software y tecnologías, que cuentan con personal capacitado para identificar los derechos ajenos y que no es novata en materia de propiedad intelectual, incurra en este tipo de infracciones. Al final, una de las empresas más grandes del mundo dedicada al desarrollo de creaciones protegibles por elementos de la propiedad intelectual (marcas, patentes, diseños industriales, modelos de utilidad y derechos de autor) y que luchan a diario contra la piratería, ¡resultó ser también pirata!

¿Será acaso que las propias compañías que viven de la propiedad intelectual, en el fondo reconocen que algunas medidas que se adoptan “en nombre de la propiedad intelectual” podrían constituir una barrera al desarrollo…?

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