10.16.2009

Patent Troll

Por: Alfredo Lindley-Russo

¿Se han puesto a pensar porque la mayoría de las demandas de patentes contra las grandes compañías (Sony, Microsoft, Apple, Nintendo, etc.) se han llevado a juicio en Texas? ¿Han escuchado hablar de los “patent troll”? Este es un término acuñado en 1993 y popularizado en el 2001 por Peter Detkin (consejero general de Intel Corp. de ese entonces), para describir a empresas que compran patentes de compañías (muchas veces en bancarrota) para luego exprimir a otras firmas, que utilizan la tecnología patentada en la fabricación de sus productos, ante un tribunal.

Un patent troll es aquel que compra una patente a un tercero (que suele estar desesperado por dinero), aun sin tener interés en fabricar el producto patentado y sin contar con infraestructura para ello (laboratorios, fábricas, área de marketing, puntos de venta). El patent troll dedica sus recursos únicamente a hacer cumplir sus derechos sobre patentes, demandando a otra empresa alegando que alguno de sus productos infringe una de sus patentes compradas. Sólo tienen abogados y un comité de dirección. No necesitan más: no inventan ni fabrican nada por lo que no cuentan con patentes desarrolladas por sí mismas.

Por eso es que existen algunos términos, relacionados con el mismo concepto pero que son usados de manera menos peyorativa, como por ejemplo: non-practicing entity (entidad sin ejercicio), non-manufacturing patentee (titular de patente no fabricante), patent marketer (promotor de patentes) y patent dealer (negociante de patentes).

Su modo de operación es básicamente el que sigue:

1. El patent troll compra una patente (generalmente aprovechándose de la necesidad económica del vendedor).
2. Buscan todos los posibles productos que de alguna manera (a veces no tan clara) pueden infringir la patente recientemente adquirida.
3. Se ponen en contacto con ellos para llegar a un acuerdo economico (que va entre 25.000 o 100.000 dolares), o sino les advierten que los llevarán a juicio.
4. Si la parte "infractora" no transa con el troll y decide ir a juicio, sus costes judiciales estarán alrededor de $1.000.000. El resultado es evidente: mas barato resulta NEGOCIAR con el patent troll.
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El patent troll puede detener las ventas de un producto que puede ser esencial para la estabilidad del negocio al cual se le pide el dinero. El negocio redondo: si el patent troll pierde el juicio, sus gastos son mínimos, pero si lo ganan, el premio es una cifra bastante atractiva.
En la mayoría de los casos las patent troll se salen con la suya: cualquier empresa prefiere pagar $100.000 que gastar $1.000.000 y arriesgarse a que el juez no le dé la razón.

Ahora bien, en Texas, la justicia se ha especializado en casos sobre patentes y los procesos judiciales que ahí se tramitan se agilizan para evitar que la empresa acusada alargue el proceso dejando al titular de la patente sin fondos para seguir en la vía judicial. Eso explica porque hemos visto en los últimos tiempos que muchas demandas sobre patentes importantes han ido a caer a esa jurisdicción.

Como vemos existen los incentivos para que haya gente dedicada a hacer este tipo de “negocio” el cual ha crecido mucho en los últimos tiempos.

Como acotación final respecto del término patent troll, una expresión similar también es utilizada en el contexto del derecho de marcas. Así se ha acuñado el nombre trademark troll (mira un caso aquí y una explicación aquí) para definir a aquel empresario que se dedica a registrar marcas no con el objeto de usarlas en el comercio, sino de hacer comercio con ellas…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Uno puede tener una marca o patente registrado, sin fabricarla ni hacer uso de ella?

CrC

Alfredo Lindley-Russo dijo...

Gracias por el comentario.

No exactamente. Para registrar o renovar una marca no se exige que ésta se esté usando en el mercado. Para el caso de las patentes, con mayor razón, pues hasta que se publique la solicitud, el invento debe permanecer en secreto. Pero una vez que se otorga el registro de la marca, si ésta no es utilizada durante tres años consecutivos (que se empiezan a computar a partir del tercer año de otorgado el registro) pueden ser objeto de una cancelación por falta de uso. En el caso de las patentes, la falta de uso podría implicar que el Estado obligue al titular de la patente a licenciarla a un tercero para que éste la pueda explotar.

Ahora, lo anterior no significa que el titular (de la patente o de la marca) tenga que hacer uso de la marca o de la patente en FORMA DIRECTA, pues bien podría hacerla por medio de TERCEROS (con un contrato de licencia: como por ejemplo las franquicias de comida rápida).

Es justamente, con la posibilidad de licenciar la marca o la patente que los troll tienen un espacio para operar.

Saludos
Alfredo Lindley-Russo

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